RSS

CERRADO POR DISFUNCIÓN

10 Feb
El viernes tuve que irme anticipadamente del trabajo con una crisis de ansiedad. Las dos últimas semanas han sido bastante frustantes, y no es por la carga de trabajo, que también, sino sobre todo por el tipo de trabajo. En 12 años en las aulas nunca había experimentado esta sensación de «inutilidad» y de carencia de sentido que me invade ahora. ¿No os ha pasado alguna vez que volvéis a casa hartos de trabajar y con la impresión de no haber hecho nada? Yo creo que me pasa porque realmente lo que hago no termina de gustarme, no se ajusta a lo que yo imaginaba que sería mi labor como asesor.
En las dos últimas semanas he pasado más tiempo arreglando temas burocráticos o técnicos que organizando «MI TRABAJO». La burocracia se múltiplica, los medios técnicos se confabulan, a mi alrededor cada cual hace de su capa un sayo. Todos y todas estamos sobrecargados y apenas consigo centrarme 30 minutos seguidos en una misma tarea. Tengo abiertos demasiados frentes y, además, parece que me he convertido en una fuerza de intervención rápida en demasiadas batallas ajenas. Aunque suene raro, nunca en mi vida había tenido jaquecas… hasta esta semana, que por primera vez en mi vida he tenido que tomar pastillas para que la cabeza no me estalle en el trabajo.
Cuando me incorporé al CEP pensé que, además de poder poner en marcha algunas ideas e iniciativas que me ilusionaban, podría disponer de tiempo para algunos proyectos personales relacionados con la educación y la investigación. Nada más lejos de la realidad. Ya he tenido que renunciar a varios proyectos por falta de tiempo y otros, en los que estaba comprometido de antemano, los tengo parados y los plazos avanzan. Definitivamente, creo que no sirvo para esto, y sólo puedo admirar a los compañeros y compañeras que aguantan este ritmo de trabajo sin que les afecte.
Desde que me he incorporado al CEP he tenido que aguantar demasiadas veces los comentarios irónicos de compañeros (esta vez no añado «y compañeras», porque no se ha dado el caso) sobre mi pase a los «desertores de la tiza», sobre la buena vida que me iba a pegar, sobre que me iba a rascar la barriga en un despacho, sobre lo mucho que iba a viajar con gastos pagados, sobre el incremento de salario…. Ahora mismo, si pudiera, me cambiaba por cualquiera de ellos… Pero ojo, dejando claro que tendrían que mantener todas y cada una de las tareas que hago en el CEP. Total, 60 euros al mes de incremento salarial en mi caso no compesan las horas y el ritmo de trabajo de las dos últimas semanas; como tampoco las dietas por desplazamiento compensan las horas en la carretera (el principal factor de mortalidad en la actualidad) ni las horas que eso me quita de estar en casa con mi mujer, por ejemplo.
Sí, adivino que pensáis que exagero, que me miro el ombligo y que muchos docentes están en situaciones peores. Pero yo me siento peor porque el único culpable de mi estado de ánimo soy yo mismo. No puedo culpar a nadie porque esto lo he elegido yo. Era una experiencia que quería probar y ya lo he hecho, para tener más claro, si cabe, que mi puesto está en un aula, con o sin ordenadores, pero con adolescentes con (no contra) los que combatir cada día. Y muchos días, lo sé, volveré frustrado, cabreado, estresado…. Pero hay otros muchos días, también lo sé, en que volveré pletórico porque algún crío, o cría, me haya hecho sentir que lo que hago tiene sentido, que alguien aprecia mi trabajo y que merece la pena el sacrificio.
Como comprenderéis, vais a estar un tiempo sin tener novedades en este blog, porque en el estado en que me encuentro no tengo muchos ánimos para sentarme a escribir, y lo que podría salir de mi teclado tal vez sólo serviría para hacerme perder las pocas amistades que tengo. Os dejo temporalmente con un frase hecha que resume mi visión actual de la educación (en todas sus facetas y ámbitos).
Es difícil enseñar a quien no sabe, pero es imposible enseñar a quien no quiere aprender.

CERRADO POR DISFUNCIÓN
 
4 comentarios

Publicado por en febrero 10, 2007 en Personal

 

4 Respuestas a “CERRADO POR DISFUNCIÓN

  1. Juanjo Muñoz

    febrero 10, 2007 at 11:36 am

    Me apena que cierres temporalmente el blog, pero más me apena que estés así. Comprendo tu situación desde la distancia y el alarde de sinceridad que has hecho me parece dignísimo. Esta profesión, igual que esto de los blogs, es una carrera de fondo. Párate en el avituallamiento, pero sigue corriendo cuando puedas, que la meta merece la pena.
    Un abrazo.

     
  2. Montse

    febrero 10, 2007 at 3:43 pm

    Mucho ánimo, sé cómo te sientes porque más de una vez me he sentido así. No te preocupes, después de la tempestad viene la calma, así que pronto estarás bien, ya lo verás. Ahora piensa sólo en ti mismo y recupérate porque sólo estando tú bien puedes seguir con tus objetivos. Tú sólo no puedes arreglar el mundo, así que céntrate en tu jardín y haz lo que esté en tu mano, es duro pero es lo único que se puede hacer. ¡Ah! y vuelve cuanto antes con l@s chic@s es lo único que merece la pena de la educación.
    Un abrazo y mucho ánimo, Montse

     
  3. Enrique

    febrero 11, 2007 at 11:46 am

    Hola Juanmi!
    Antetodo, que sepas que admiro el grado de honestidad que está demostrando tanto en tu artículo cómo en el quehacer diario de tu trabajo.
    La verdad que como dices este trabajo en el que estamos inmersos da pocas satisfacciones, pero es cierto que también las hay. Yo, cuando me siento como comentas, y te juro que hay muchos días como esos, cojo el coche y visito centros en los que en la puñetera vida han visto un asesor/a ni por asomo y la cara de sorpresa/ satisfacción de esos docentes perdidos de la mano de Dios me alivian ese dolor interno causado por la frustaciópn de no realizar tantos proyectos como pensaba al entrar en esta tarea.
    Solo decirte que ánimo en tus proyectos y sigue adelante.

     
  4. Juan A. Pérez

    febrero 14, 2007 at 11:59 pm

    Salud compañero.

    Sea cual sea tu elección futura no nos dejes sin este blog que suelo seguir atentamente.

    La educación tiene espacios que son imposibles.

    Ánimo y Salud.

     

Replica a Montse Cancelar la respuesta