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Archivo de la categoría: TICs

Belén se ha hecho blogera…

Tenía que pasar. Belén llevaba tiempo viendo como me enfollino con tanto blog, caralibro, twiter, etc. Ha estado casi un año fuera de la trinchera, por un embarazo complicado y la pertinente baja por maternidad. Nunca le ha apasionado la tecnología ni la informática, aunque su competencia digital es infinitamente mayor que la de algunas personas que se pasan la vida pegadas al ordenador y al móvil, y ha dado buena cuenta de ello por donde ha pasado.

Este curso su centro entraba en el Plan TIC y ha recibido el pertinente cursillo (en sentido literal) del CEP. El mismo que tiene casi todo el mundo que no sabe lo que es Helvia y necesita ayuda para poner las notas en Séneca. Sí,  ese que cuenta para el concurso de traslados.

Bueno, para cubrir el expediente les pidieron que de trabajo final crearan un blog. Imagino que todo el mundo lo habrá hecho. Ella ya lo tiene, y lo usa, que es lo importante. Me da a mí que en un par de meses me estará dando cien mil vueltas en el uso del blog con fines eductivos, porque sin ninguna formación teórica sobre el tema me parece que por su inicio tiene las cosas bastante claras.  Para ella es una pizarra digital, porque prepara y cuelga contenidos sobre los que sus alumnos trabajarán en clase.

Ventaja: tienen el blog en favoritos y así acceden rápido a la página donde está el material. Luego también pueden encontrarlo fácilmente si quieren seguir cacharreando desde casa. Parece que los contenidos que selecciona resultan de interés para algunas de sus alumnas, al menos eso se desprende de que una alumna que dejará de asistir a clase para ir con su madre a la recogida de la aceituna haya prometido intentar ir a algún ciber para ver lo que sigue poniendo y no quedarse descolgada. Triste que esto siga pasando en Andalucía, ¿verdad? Que la necesidad obligue a algunas personas a dejar de asistir a clase, mientras que otras las ocupan con el único objetivo de insultar a la profesora y ver si pierde los nervios.

Total, como aquí no se expulsa a nadie no tengo nada que perder, y lo mismo si pierde los nervios y me insulta la denuncian mis padres y sacamos algo. Si no, al menos  nos reimos un rato de esa tía de mierda que se cree con derecho a decirme que me calle, me siente y deje trabajar a la clase de diversificación. Y si se le ocurre decirme algo la denuncio por racista. Y como ya le he dicho en la calle y delante de testigos que sé cuál es su coche y que tiene una hija, por eso me mantienen en el grupo de Diversificación, porque con esta profe he aprendido todo eso. Y además, la gilipollas me regaló, como a todos los compañeros de Diver, un lapiz USB que compró de su dinero, porque dice que hace falta y en el Instituto le ponen pegas hasta para darle lápices para la clase de Dibujo. ( Sí, ya sé que es matemática, pero así está el mundo).

Tal vez por eso se les llama centros de compensatoria, porque en algunos el profesorado tiene que compensar la falta de presupuesto de su bolsillo.

En fin, los primeros pasos del Blog de Belén me gustan. Con el tiempo seguro que irá mejorando, pero de momento hay cosas que hasta puedo trabajar con mis alumnos de Goegrafía de 3º de ESO. ¿Quién dijo que la Geografía y las Ciencias Naturales no pueden ser un ámbito de conocimiento compartido?

Os dejo el enlace para que echéis un vistazo. Puede interesar a gente de Mates, de Dibujo, de Geografía, de Ciencias Naturales, de Arte, … Sobre todo a gente interesada en la Diversificación, que es donde deben estar los alumnos y alumnas que quieren aprender y no pueden seguir el currículo ordinario, y no los alumnos disruptivos que alguien competente desde el punto de vista legal, (y sólo desde ese punto de vista) considera que es donde menos estorban.

http://elblogdebelenav.blogspot.com/

 
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Publicado por en noviembre 29, 2009 en MATERIALES DIDÁCTICOS, Personal, TICs

 

Escribiendo contenidos para enseñanza on-line.

[Escrito el 27 de septiembre de 2008 en un blog de moodle de desarrollo. Machacado poco tiempo después y recuperado ahora porque creo que, en el fondo, es parte de lo que pienso sobre un tema que me importa mucho]

Esta entrada surge al hilo de un debate iniciado en el foro del ámbito científico sobre un tema que me parece de la mayor importancia (tecnología aparte): El estilo del lenguaje a la hora de escribir los contenidos que estamos haciendo.

Ya sé que no soy del ámbito de comunicación, y que tampoco soy experto en temas de didáctica, pero tengo mis propias opiniones que, sobre todo, no surgen al dictado de ninguna moda o escuela (secta) sobre modelos de aprendizaje, sino de intuiciones (por qué no confesarlo) un poco tóxicas. Luis me entiende.

Dedico una entrada del blog a este tema porque quiero extenderme un poco y contaros mi punto de vista sin cansar a los foreros. Ah. Tampoco hace falta responder, en el fondo escribo para mí mismo, para ordenar mis ideas.

Veréis. Cuando yo empecé hace poco más de un año a redactar los contenidos de sociales del nivel II de la ESPAD no tenía un criterio fijo sobre «cómo redactar contenidos de este tipo y para este público». Gente más sabia nos dio una serie de consejos muy útiles:

  • Evitar párrafos grandes.
  • Evitar una sintaxis compleja, que crea dificultades a personas que apenas saben leer.
  • Tratar de ser muy sencillo (no tosco).
  • Usar un lenguaje muy coloquial y directo.
  • Usar mucho las listas con puntos para presentar ideas simples (como ésta).

En fin, hay gente experta en escribir contenidos que tiene sus, por llamarlo de algún modo, manuales de estilo, que en ocasiones los neófitos adoptamos como evangelio: – ¡Qué guay!. Ya sé cómo hay que escribir.

12 horas al dia.

Las jornadas de trabajo para los primeros obreros y obreras del siglo XIX eran de 12 horas diarias... Qué suerte.

Al principio me creía esas cosas, pensaba que alguien tenía ya la piedra filosofal y que lo importante era encontrar el punto de estilo para reproducirlo en cada uno de los temas, y asunto resuelto. Pero claro, es muy duro redactar en solitario casi seis bloques consecutivos del nivel II a un ritmo de uno por mes, pero por otra parte eso te da una experiencia inmensa: ¿casi mil páginas de word en menos de un año? Noooo. Muchas más, porque bien sé que esas páginas fueron escritas y reescritas, algunas muchas veces, y que sumando lo que queda y lo que en algún momento hubo serían de sobra más de 2.000 páginas.

Algunas cosas descubrí en el proceso (sobre mí mismo al menos y sobre por qué en cada momento escribía de una forma o de otra), y si queréis seguir leyendo os las cuento.

  • Mi forma de escribir evolucionó a lo largo del año. Llegado al último bloque me costaba reconocerme en el primero. ¿Eso lo había escrito la misma persona? No. Llevaba meses escribiendo a un ritmo infernal y mi competencia escritora había mejorado.
  • ¿Sería adecuado que el estilo del lenguaje fuera el mismo en el último bloque y en el primero? NO. ESO SERÍA CONSIDERAR QUE LA PERSONA QUE HA INICIADO EL CURSO 9 MESES DESPUÉS NO HA SIDO CAPAZ DE MEJORAR EN NADA SU COMPETENCIA LECTORA.
Mi.. ma-ma... me ¿mi-ma?

La reflexión me surgió de la práctica, no como algo preconcebido. Hace unos meses, leyendo y releyendo los contenidos del nivel II (con muchas cosas que enmendar, por supuesto) llegué a la conclusión de que esa era la línea que quería seguir, y que si tuviera que volver a escribir 6 bloques lo tendría en cuenta desde el principio:

  • Trataría de ir evolucionando el estilo y el lenguaje para que el alumnado mejore su competencia lectora.
  • Si lo estamos haciendo bien, en el bloque 4 el alumnado debe ser capaz de entender mensajes cada vez más complejos, menos desglosados en píldoras.
  • La persona que acaba el curso debe haber realizado un viaje interior, debe tener más habilidad y competencia lectora, debe notar por sí misma que, como por arte de magia, se atasca menos ante un párrafo de 8 líneas, ante oraciones subordinadas que están bien escritas, ante sucesiones de comas que no han caído de un quinto piso ni han sido perversamente colocadas para causarle tropiezos, sino para darle ritmo a su lectura, para hacer que tenga que pararse a pensar, releer tal vez el denso párrafo y descubrir que contiene dos ideas importantes; y que esta vez el capullo que las ha escrito no me las ha puesto con una frase corta, un punto gordo delante y separadas por un espacio, como considerando que casi un año después sigo siendo el mismo pseudolector semianalfabeto al que hay que pasarle las ideas por un pasapuré.  No, la persona que ha escrito esto confía en mí y sabe que llegado a este punto ya soy capaz de afrontar un párrafo tan denso, porque… he aprendido algo.

En fin. Es mi postura, y lo que haría si escribiera 6 bloques pensando en alguien que debe ser capaz de acompañarme durante 9 meses, que es un ser vivo, que evoluciona y que aprende.

Me parece muy bien que alguna gente quiera seguir los dictados que preconizan una escritura simple, sencilla y desglosada en ideas. Pero, personalmente, a mí me jodería encontrarme en el bloque 6 el mismo lenguaje y el mismo estilo que en el bloque 1, y saber desde el inicio de cada bloque que no me cabe ninguna sorpresa, que todo es tan sobradamente previsible, que todos me escriben y me tratan al dictado del manual de moda…

Bueno, ya sus dejo, que tengo que seguir revisando mis contenidos del nivel II y conseguir que todos los bloques se parezcan más a los dos primeros, que según mucha gente eran más fáciles, mientras que luego se hacía todo cada vez más complicado, denso y extenso. Qué sabe nadie lo qué me costó hacerlo, y lo poco que me costará deshacerlo…

Gallia est omnis divisa en parte tres

 
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Publicado por en noviembre 29, 2009 en MATERIALES DIDÁCTICOS, Personal, TICs

 

TIC NERVIOSO

Hace unos días una compañera de trabajo en el CEP acudió a una sesión informativa sobre las nuevas pizarras digitales en un colegio de nuestro distrito. Volvió encantada y dijo que el sistema le parece genial y que será sin duda el futuro de las TICs en las aulas. Yo aún no he probado el nuevo artilugio, así que no puedo opinar sobre él, lo que sí puedo es empezar a ponerme nervioso, a sentir un poco el peso del agobio ante la posibilidad de tener que volver a empezar a aprender una nueva tecnología que posiblemente en el futuro cercano sea de uso común, si no obligatorio. Y esto es lo que me estresa: la aceleración del desarrollo de las tecnologías al servicio de la Educación. Apenas nos dan tiempo a los docentes para comenzar a reciclarnos y usar una «nueva tecnología» cuando ésta se queda obsoleta y comienza a ser sustituida por otra más flamante, más útil y, sobre todo, más cara.

En el caso de Andalucía, todavía estamos iniciando el proceso de conversión en Centro TIC de nuestra red de Escuelas e Institutos y yo ya empiezo a tener la impresión de que los que inauguraron el Proyecto hace pocos años ya se han quedado obsoletos, mucho antes, sin duda, de que un porcentaje aceptable del profesorado haya empezado a utilizar con un mínimo de rigor los equipamientos con que se dotaron a estos centros.

Desde los CEPs se está haciendo un esfuerzo considerable por formar a las plantillas de los centros que inician Proyectos TIC, a veces no con el agrado de todos sus integrantes, y uno (yo) tiene (tengo) la sensación de que en dos o tres años esta formación habrá quedado en agua de borrajas porque habrán surgido nuevos instrumentos que habrá que volver a aprender a usar.

No me considero un experto en Historia de la Educación, ni en Tecnologías de la Información y Comunicación, pero me atrevería a afirmar que jamás en la Historia de la humanidad los cambios tecnológicos se han producido a un ritmo tan endiablado. Que la Tecnología ha sustituido a la Pedagogía como motor del cambio educativo creo que es ya algo innegable. No veo con claridad una línea de renovación pedagógica, basada en la reflexión sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje, que dirija el rumbo del avance tecnológico. Es decir, creemos que determinadas formas de aprender y enseñar son mejores y ahora buscamos qué tecnología puede ponerse al servicio de estos métodos. A mí me da la impresión de que el proceso se ha invertido (en el sentido más amplio de la palabra) y que son las empresas tecnológicas las que inventan nuevas tecnologías que, a posteriori, la Pedagogía intenta asimilar y justificar.

Ahora lanzo la pregunta que me atormenta (claro que no lo suficiente como para no dormir):

En el momento actual ¿está la Tecnología al servicio de la Educación, o la Educación al servicio de la Tecnología?
 
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Publicado por en enero 27, 2007 en TICs

 

La "secta" Descartes.

Me sorprendo a mí mismo, en estos días en que el «Informe preliminar. Avance de resultados» de la Evaluación de Diagnóstico diseñada por la Consejería debe ser el tema estrella de los blogs educativos, dedicando mi tiempo a reflexionar sobre lo que, a mi entender, podemos considerar una nueva secta educativa. Y como entiendo que mi ironía a veces puede no entenderse, digo de antemano que siento por esta gente una profunda admiración, aunque sólo sea porque mi mujer es una de ellos.
Como no soy muy puesto en Matemáticas ni TIC, se me permitirá hablar de ellos desde una cierta distancia, sin estar muy seguro de mis percepciones y tal vez exagerando lo que percibo. Espero acertar en algo.
Bueno, lo primero debe ser explicar a qué se dedican los miembros (y miembras) de la secta Descartes. Por lo que me parece, tienen algo así como el empeño de desarrollar una herramienta abierta que permita uniformar el empleo de las TIC en el área de Matemáticas. Sobre la base de una herramienta común, crean unidades didácticas interactivas en las que la explicación teórica de los temas y la elaboración de ejercicios se desarrollan de un modo muy gráfico y a mi entender ameno, sin que ello suponga enterrar la pizarra de toda la vida. A partir de un curso de Descartes Básico mi mujer aprendió a manejar la herramienta, y aunque aún no estaba preparada para elaborar enteramente una Unidad Didáctica, sí que podía utilizar las existentes y retocarlas para adaptarlas un poco a su alumnado. A partir de aquí, en dos años la tengo embarcada en un macroproyecto PIN (un puñado de centros de toda Andalucía intentando colaborar en el uso y desarrollo de Descartes), y en un intento de e-twinning para hermanarse con centros europeos y compartir Descartes.
No sé si el objetivo final que pretende el proyecto Descartes es tan ambicioso como se intuye: generar un macrolibro de texto interactivo en el que cada profesional pueda disponer de varias unidades didácticas por tema, o adaptarlas a su alumnado, y que esa herramienta sea común entre el profesorado de Matemáticas de todos los centros. De ser así, sólo puedo desearles la mejor de las suertes, porque el empeño es elevado y porque su gran esfuerzo merece el triunfo. Al menos se atisba un intento por unificar y «normalizar» el recurso a las TICs en un Área del currículo de Secundaria, en este caso la Matemáticas. Tal vez esto ayude a que el profesorado que se encuentra de pronto aterrizando en un centro TIC tenga una idea medianamente clara de cómo y para qué usar las TICs en su asignatura, mientras otros estamos navegando y divagando de acá para allá tratando de encontrar ese recurso pérdido e inmejorable que supere a los tres o cuatro hallazgos de cursos pasados ( totalmente distintos cada uno). Y es que tengo el disco duro y la carpeta de favoritos llenos de materiales para una gran cantidad de Unidades de Geografía o Historia, para algunas tal vez más de los que podría utilizar en un curso académico. ¿Por qué no inventa alguien un Proyecto Descartes para mi asignatura? ¿Tal vez porque sería imposible poner de acuerdo a los historiadores ni tan siquiera en el nombre?
 
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Publicado por en noviembre 20, 2006 en TICs